Los primeros colonos de Norteamérica exterminaron a la población indígena y se apropiaron de sus tierras. También conquistaron territorios vírgenes con el fin de hacerlos productivos.
Esos colonos eran puritanos, es decir, religiosos inspirados en algunos preceptos de Calvino que habían sido perseguidos por la Corona inglesa por pretender eliminar los elementos católicos que conservaba la Iglesia anglicana en Gran Bretaña.
Llegaron a Norteamérica otros colonos y perseguidos religiosos, sobre todo católicos, judíos, cuáqueros y anglicanos. Por ello, desde sus orígenes, esta diversidad cultural requirió un orden social liberal y tolerante de las distintas religiones, lenguas y costumbres.
En la primera mitad del siglo XVII, la población norteamericana creció e Inglaterra demando una mayor cantidad de productos de sus Trece Colonias norteamericanas. Esto impulsó la expansión de los colonos hacia los territorios del oeste, dominados por los franceses.
La Corona inglesa había prohibido a los colonos norteamericanos desarrollar su propia industria; les cobraba impuestos pero no los apoyaba ni defendía, sobre todo contra la Confederación de Ohio, una unión de indígenas formada para impedir la conquista de sus territorios.
En 1774 los representantes de las Trece Colonias de Nueva Inglaterra se reunieron en Filadelfia (Primer Congreso de Filadelfia) y suspendieron el comercio con Inglaterra. Al año siguiente los combatientes americanos se enfrentaron a las tropas reales. Ante la falta de dirección militar, en el Segundo Congreso de Filadelfia (1775), George Washington fue nombrado jefe de ejército americano, y obtuvo éxitos sucesivos.
El 4 de julio de 1776, Thomas Jefferson dio a conocer la Declaración de Independencia, en la que por primera vez se formularon los derechos del hombre (vida, libertad y búsqueda de la felicidad). Esta decisión desato la guerra entre realistas (defensores del rey) e independistas. Para debilitar a Gran Bretaña se vio obligada a reconocer la independencia de las 13 colonias.
Esos colonos eran puritanos, es decir, religiosos inspirados en algunos preceptos de Calvino que habían sido perseguidos por la Corona inglesa por pretender eliminar los elementos católicos que conservaba la Iglesia anglicana en Gran Bretaña.
Llegaron a Norteamérica otros colonos y perseguidos religiosos, sobre todo católicos, judíos, cuáqueros y anglicanos. Por ello, desde sus orígenes, esta diversidad cultural requirió un orden social liberal y tolerante de las distintas religiones, lenguas y costumbres.
En la primera mitad del siglo XVII, la población norteamericana creció e Inglaterra demando una mayor cantidad de productos de sus Trece Colonias norteamericanas. Esto impulsó la expansión de los colonos hacia los territorios del oeste, dominados por los franceses.
La Corona inglesa había prohibido a los colonos norteamericanos desarrollar su propia industria; les cobraba impuestos pero no los apoyaba ni defendía, sobre todo contra la Confederación de Ohio, una unión de indígenas formada para impedir la conquista de sus territorios.
En 1774 los representantes de las Trece Colonias de Nueva Inglaterra se reunieron en Filadelfia (Primer Congreso de Filadelfia) y suspendieron el comercio con Inglaterra. Al año siguiente los combatientes americanos se enfrentaron a las tropas reales. Ante la falta de dirección militar, en el Segundo Congreso de Filadelfia (1775), George Washington fue nombrado jefe de ejército americano, y obtuvo éxitos sucesivos.
El 4 de julio de 1776, Thomas Jefferson dio a conocer la Declaración de Independencia, en la que por primera vez se formularon los derechos del hombre (vida, libertad y búsqueda de la felicidad). Esta decisión desato la guerra entre realistas (defensores del rey) e independistas. Para debilitar a Gran Bretaña se vio obligada a reconocer la independencia de las 13 colonias.
YA ESTAN LISTOS PARA EL EXAMEN.
ResponderEliminarFELICIDADES.
que bonita imagen
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